Mejoramos nuestro sabor gracias a la sal extraída de las Salinas del Alemán

La inmersión en la salmuera genera un cambio en la firmeza y el sabor gracias a un proceso de osmosis.  Mejora el gusto del queso, objetivo fundamental del proceso, dándole un apetecible toque salado.

Además, la salmuera inhibe algunos procesos enzimáticos que podría perjudicar al sabor del queso y evita la proliferación de microorganismos indeseados.  Y por último mejora la rigidez de la corteza. 

Todos estos factores se ven potenciados gracias al uso de la sal extraída de las Salinas del Alemán, que al ser unas salinas artesanales desarrollan un producto con una calidad inmejorable. 

Cada uno de los pasos que se llevan a cabo durante la elaboración del Queso Dehesa Dos Hermanas tiene su razón de ser. Desde el cuidado de los pastos para alimentar a las ovejas hasta el proceso de secado. En este caso vamos a hablar de la incorporación de la sal al queso, la cual se puede hacer con diferentes procedimientos. 

Podemos añadir la sal cuando aun solo se trata de leche, durante la elaboración de la cuajada o en el momento de prensado y acidificado. En nuestro caso lo hacemos con la inmersión en salmuera, una vez que el queso ya tiene forma y consistencia, siendo nuestro objetivo aportar un toque de sal al queso y aumentar la firmeza de la corteza.

"Un baño de sal fuente de la eterna juventud para nuestros quesos Dehesa Dos Hermanas"

La inmersión en la salmuera genera un cambio en la firmeza y el sabor gracias a un proceso de osmosis.  Mejora el gusto del queso, objetivo fundamental del proceso, dándole un apetecible toque salado.

Desuerado completo, a través de este proceso llamado osmosis, el queso termina de desuerar.

Además, la salmuera inhibe algunos procesos enzimáticos que podría perjudicar al sabor del queso y evita la proliferación de microorganismos indeseados.  Y por último mejora la rigidez de la corteza.

Todos estos factores se ven potenciados gracias al uso de la sal extraída de las salinas del alemán, que al ser unas salinas artesanales desarrollan un producto con una calidad inmejorable.

Los quesos Dehesa Dos Hermanas, pasan por este baño de sal para potenciar su exquisito sabor.

Celebramos nuestra estrecha colaboración con Salinas del Alemán, ya que en el baño de salmuera de nuestros quesos hemos incorporado su sal, que según National Geographic, estas salinas son las más hermosas e importantes de España, por su entorno natural y su biodiversidad, además de la oferta de experiencias terapéuticas en sus piscinas de magnesio y baños de barro.

Este “oro blanco” históricamente está muy ligado a nuestras costas, desde la antigüedad, sirvió a fenicios y romanos como conservante de la industria salazonera. Un oficio que aún sigue vivo las costas onubenses.

Tras la guerra civil española, la demanda de sardinas en salazón, supuso el arranque de la historia de estas salinas del Alemán (Biomaris). Su fundador, Hans Burghard, conocido como “Juan El Alemán” allá por los años 50 del pasado siglo, compró este terreno para crear unas salinas y vender sus productos a la empresa alemana Biomaris, en principio era una empresa orientada al sector cosmético para la fabricación de cremas y jabones. Tras la muerte del alemán, se encargó de la empresa Manuel Rodríguez, un maestro salinero que ya trabajaba en las salinas. Manuel consiguió seguir con la tradición hasta 1985 obteniendo siempre unas salinas de gran pureza en cloruro de sodio.

Las Salinas del Alemán, la componen unas 60 pilas de evaporación que llegan a producir unas 50 toneladas de sal. Situadas en las Marismas de Isla Cristina, entre el Caño del Puntal y el caño del Placerón.

A Manuel le sucedió su hija, Manuela, creadora de la “flor de sal” que es la capa más fina superior extraída de las piscinas. Fruto de la acción del viento y el sol, esta sal cristalizada se recoge manualmente y se empaqueta sin ningún tipo de aditivo. Una sal muy valorada por los expertos gastronómicos, muy saludable y con una carga menor de sodio que la sal tradicional y es rica en calcio, hierro, flúor, magnesio y yodo.

Manuela ha reinventado la forma de extracción y el entorno privilegiado donde se sitúan las salinas. Como si se tratara de un huerto ecológico, donde los expertos salineros recolectan a diario en todas las salidas y puestas del sol este tesoro.

A la continuidad de la tradición se le ha unido una nueva filosofía de revalorización del patrimonio que allí tienen. Tras la introducción de nuevos productos derivados de la sal como; flor de sal, escamas de sal, la salmuera, las sales especiadas, o el jabón de magnesio; ha aumentado las posibilidades con la introducción de una sección terapéutica con el empleo del aceite de magnesio y los baños de barro.

En palabras de Sabina para la Guía Repsol; “apostamos por un subproducto elaborado también en las salinas al que llamamos aceite de magnesio, que no es más que agua con mucha concentración salina. Su composición química, mayormente magnesio, cambia la densidad y la hace más aceitosa. Con el paso del tiempo hemos visto que ese aceite tiene unos increíbles beneficios terapéuticos, sobre todo para enfermedades de la piel, óseas y musculares”.

Destacar sus baños en aceite de magnesio y en fango con grandes propiedades terapéuticas

Y por último la unión al proyecto EcoSal Atlantis a través de la Ruta Sal Tradicional Ruta del Atlántico ha dado paso a vivir toda una “experiencia” a través de visitas guiadas y los demandados baños de magnesio y fango, con propiedades terapéuticas. Disfrutar de la sensación de ingravidez y de la suavidad del fango rodeado de naturaleza y sal. ¡No te lo puedes perder!

Un lago de magnesio, para aplicarse por todo el cuerpo, idóneo para las inflamaciones, la relajación de músculos y el alivio de dolores musculares y de articulaciones. Baños de exfoliación cutánea en aceite de magnesio y fango que previenen la soriasis, las afecciones cutáneas, mejoran la circulación en las extremidades, fortalecen los huesos y reducen el estrés.

El porqué del color rojizo o rosáceo de estas salinas está detrás de las artemias, que son unas pequeñas gambas de unos 10 mm de largo que controlan la producción de sal y evitan la incursión de algas.

La sal también se cosecha, paciencia, intuición y pasión, como nos argumenta, Aitor Pedrueza, en su interesante artículo para la revista digital el Giroscopio: “El oficio requiere la sensibilidad de tocar la sal y reconocer su punto de elaboración, leer mareas y cuidar el fango que sirve de cama de la sal. Aquí se reza, con paciencia, al viento, cuyo suspiro sirve para formar la flor de sal en la superficie de las camas de agua. Si no se actúa en el momento justo, se hundirá debido a su grosor.

Las Salinas del Alemán están situadas en la carretera que va desde Isla Cristina a Pozo del Camino, para más información puedes visitar su página web:

www.salinasdelaleman.es o llamando al teléfono de contacto: 696583768

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